9 oct 2010

Mens sana in corpore sano

Habla Hermana Mayor.
Con la vuelta al cole llega también el retorno a las actividades extraescolares, gran parte de las cuales son deportivas. En casa, tocan unas cuantas que no merece la pena concretar, pero que son más de tres, y para las que hay que estar bien equipaditos. Por eso, esta mañana, era ineludible la visita a Decathlon, listas en mano, para no dejarse en el tintero (o en los bolsillos del chándal) ninguno de los básicos de la temporada, a saber: sudaderas, camisetas, pantalones, calcetines, distintos tipos de bolas, pelotas y pelotillas, instrumentos varios, protectores de toda la anatomía humana (parece mentira que, siendo tan pequeños, haya tantas zonas para proteger. Ni Lanzarote del Lago, oyes), bolsas, zapatillas… seguro que algo se me olvida, pero no importa, que ya me reñirá el entrenador en cuestión, que a las madres los entrenadores nos tienen más derechas que a los futbolistas profesionales.

No soy precisamente una madre tipo silla. De hecho, siempre he sido bastante inquieta, y me gusta el deporte de manera razonable. No puedo decir que sea vigoréxica, pero no podría vivir sin echar fuera adrenalina poniendo en marcha el esqueleto. Odio el deporte en lata, y sé que en esto no soy precisamente un bicho raro, pues es algo muy común a los miembros (que no miembras) de mi sexo (que no género). Adoro, por encima de muchas cosas, a mi bicicleta, con quien comparto una hora diaria, y a la que un día de éstos dedicaré una larguísima oda. Y es que, desde bien pequeñita, se encargaron de meter en mi cabeza aquella máxima rebosante de sabiduría que reza: “mens sana in corpore sano”, o lo que es lo mismo, un cuerpo bien torturadito por las propiedades beneficiosas de las manzanas y el footing (perdón por el arcaísmo, pero en los 80 yo ya tenía uso de razón) piensa mucho mejor. Así que, para que mi coco mantenga el equilibrio y no me dé el día menos pensado por practicar “balconing” con mis niños de la mano, no hay nada mejor que cuidar el palmito con una dieta saludable y equilibrada, nada de alucinógenos artificiales y una moderada dosis de deporte diario. Sinceramente, no me va mal. Y, aunque no puedo jurarlo porque nunca lo he probado, creo que no podría prescindir de estos saludables hábitos.

Y se ve que no soy la única que practica esta máxima, porque ¡madre mía cómo estaba el Decathlon! Era difícil andar entre tanta gente y tan dispar en tantas cosas: sexo, edad, intereses… No sigo, que da miedo ahogarse en las trampas pantanosas de lo políticamente incorrecto. El caso es que resulta imposible negar el tirón que tiene en nuestro Planeta Hispánico el material deportivo. ¡Qué de vocaciones!, y más ahora que vamos ganándole al mundo en una jartá de disciplinas. Si es que parece que los españolitos llevamos los aros olímpicos tatuados en nuestra piel de toro, y que no nos cuesta gastar en chándal nuevo. Contenta salí de allí viendo cómo todos estábamos bien encaramados en el carro de la vida saludable. Tanto que, para celebrarlo, decidí darme un caprichito y hacerle una visita a la librería más cercana, armada de paciencia, eso sí, porque esperaba encontrar allí una bulla de Semana Santa proporcional a la que cuidaba el palmito engrosando las arcas de la multinacional gabacha. Pero cuál no sería mi sorpresa al descubrir que los del corpore sano, la mens la tenían llenita de telarañas, porque allí los pasillos estaban bien vacíos, el público no mostraba tanta heterogeneidad, y nadie peleaba con el prójimo por llevarse al agua el tomo más gordo ni lucir musculatura craneal. No había bullicio ni algarabía a la hora de comprar material para poner en forma el coco, ni los monederos se abrían siquiera con el mismo desparpajo. El Hombredemivida, que venía conmigo, y supongo que viendo mis ojos como platos, me dijo: “qué distinto sería este país si esta tienda tuviera el tirón de la otra”. De verdad que sería distinto, pensé, tanto que hasta daríamos miedo.

4 comentarios:

  1. Me encanta leerte!! cuanta razon llevas, hermana mayor, cuanta sabiduria la del Hombredetuvida... ojala se leyera un pelin mas en este pais... porque al paso que vamos van a estar (y no me incluyo porque me repatea el higado hacer deporte, si lo confieso para eso soy muuuuuufloja...) todos muscolosos, pero alelaos perdios... y no lo digo con mala intencion eh??.. ayyyy que malita es la ignorancia...."!!!

    Besitos
    http://lascositasdekaroa.blogspot.com

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  2. Jaajajaja, si, es cierto, está de moda poner el cuerpo muuuuuuy por delante de la mente. Pero creo que tampoco somos una sociedad que se caracterice por su afección al deporte: una amiga hizo que su novio le comprase una bici, luego se fue a comprar el equipo: mallas, casco, rodilleras, camisetas de esas super modernas que transpiran perfectamente...y sólo salió 2 dias con la bici.

    Eso si, somos el 3º pais del mundo en número de cirugía estética...eso bien merece un post

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  3. Habla Hermana Mayor.
    Raquel, cuando quieras quedamos para que se te quite la flojera con un par de carreritas. Muchas gracias por tu acertado comentario.
    Hele, lo que más me llama la atención del deporte en España no es el hecho de que practiquemos más o menos (andamos a la cola de la UE en ejercicio físico), sino el tirón que tienen las tiendas de deporte, y la disposición a gastar en ellas de nuestros compatriotas. Tu amiga es un ejemplo, así que dile de mi parte que la denunciaré a la protectora de bicicletas. Una bici no se abandona por nada del mundo, y hay que pensarlo muy bien antes de llevar una a tu vida, que es una responsabilidad para siempre ;). Muchas gracias por tu comentarios, serán siempre bienvenidos.

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  4. Me gusta mucho leerte, tienes mucha razón con el post de hoy.
    Ahora a seguir con el pedaleo y demás.
    Un saludo.

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